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Una dirección IP es una representación numérica del punto de Internet donde está conectado un dispositivo. Se usa para identificar dónde hay algo y, en cierto modo, qué es. Comprender los fundamentos de las direcciones IP es esencial para desenvolverse por Internet. Aprenda cómo funcionan las direcciones IP y por qué es tan importante proteger la suya.
«Dirección IP» significa «dirección del Protocolo de Internet». Este protocolo es un conjunto de reglas para la comunicación a través de Internet, ya sea el envío de correo electrónico, la transmisión de vídeo o la conexión a un sitio web. Una dirección IP identifica una red o dispositivo en Internet.
Para poder conectarse, los dispositivos necesitan un modo de identificarse. Los protocolos de Internet gestionan el proceso de asignar a cada dispositivo su propia dirección IP. (Los protocolos de Internet hacen más cosas, como redirigir el tráfico de los datos). De este modo resulta sencillo ver qué dispositivos en Internet envían, solicitan y reciben qué información.
Cada dispositivo conectado a Internet cuenta con una dirección IP. Las direcciones IP son como los números de teléfono y tienen el mismo propósito. Cuando se pone en contacto con alguien, su número de teléfono identifica quién es usted y asegura a la persona que responde que es quien dice ser. Las direcciones IP hacen exactamente lo mismo cuando está en línea.
Hay dos tipos de direcciones IP: IPv4 e IPv6. Es fácil reconocer la diferencia si echamos cuentas. Las direcciones IPv4 constan de una serie de cuatro números que van del 0 (excepto el primero) al 255, separados del siguiente por un punto. Por ejemplo, 5.62.42.77. Las direcciones IPv6 se representan mediante ocho grupos de cuatro dígitos hexadecimales. Estos grupos quedan separados por el signo de dos puntos. Una dirección IPv6 típica tiene este aspecto: 2620:0aba2:0d01:2042:0100:8c4d:d370:72b4.
Es fácil averiguar su dirección IP. De hecho, tenemos una guía que muestra cómo encontrar su dirección IP en Mac o Windows.
Una dirección IP tiene dos partes: el ID de red, compuesto por los tres primeros números de la dirección, y un ID de host, el cuarto número del grupo. Por tanto, en su red doméstica, que tal vez conozca como 192.168.1.1, «192.168.1» es el ID de red y el número final (.1, .2, .3, etcétera) es el ID de host. El ID de red es exactamente lo que el nombre sugiere: una indicación de la red en la que se encuentra el dispositivo. El ID de host se refiere al dispositivo específico en esa red. (Normalmente el router es el .1 y a los dispositivos subsiguientes se les asigna .2, .3, etcétera).
Debido a esta especificidad del dispositivo, es posible enmascarar la propia dirección IP frente al mundo exterior mediante una red privada virtual (VPN). Cuando se utiliza una VPN, se evita que la red externa revele su dirección.
IPv4 data de comienzos de la década de 1980, cuando Internet era una red privada de uso militar. IPv4 permite asignar un total de 4300 millones de direcciones, lo que puede parecer muchísimo. Sin embargo, a causa de todos los equipos, smartphones y tabletas que hay conectados a Internet, por no hablar de los dispositivos IoT, nos hemos quedado sin direcciones IPv4. De hecho, esto empezó a suceder en la década de 1990. Gracias a ingeniosos trucos técnicos hemos podido ir tirando.
La Internet Engineering Task Force (IETF), que diseña las tecnologías subyacentes de Internet, desarrolló IPv6 hace una década. Tiene un total potencial de 340 decillones de direcciones (eso es el número 340 seguido de 36 ceros), lo que significa que, en teoría, jamás se agotarán. Poco a poco va reemplazando a IPv4, pero, de momento, ambos coexisten.
Hay dos tipos de direcciones IP: las externas, o públicas, y las internas, también denominadas locales o privadas. Su proveedor de servicios de Internet (ISP), la gente a la que paga por conectarse, le da la dirección externa. Cuando navega, el sitio receptor necesita saber quién se está conectando (para poder supervisar el tráfico); su dirección IP externa es el modo en que el ISP lo presenta al sitio.
En contraposición, dispone de una dirección IP diferente para propósitos internos, como identificar sus dispositivos dentro de una red doméstica o una oficina. La dirección IP local o interna se la asigna al equipo el router, que es el hardware que conecta una red local a Internet. En la mayoría de los casos, dicha dirección IP interna la asigna automáticamente el router (o el módem de cable).
Esto es lo importante: Con toda probabilidad, tendrá una dirección IP interna distinta de la que tiene en el Internet público. La dirección IP local representa al dispositivo dentro de su red, mientras que la dirección IP pública es el rostro de su red de cara a Internet.
El servicio postal utiliza la dirección física como marcador de la ubicación de una persona, residencia o empresa en el mundo real. Se usa para redirigirle las cartas. Es el lugar donde reside. Permite a los demás encontrarlo.
Todas estas descripciones se aplican a una dirección IP, aunque en el ámbito digital. Una dirección IP es el lugar donde reside un equipo... en sentido virtual, no de coordenadas GPS. La dirección IP puede identificar su propio equipo, un sitio web favorito, un servidor de red e incluso un dispositivo (como una cámara web).
Las direcciones IP son especialmente importantes para enviar y recibir información. Redirigen el tráfico de Internet allí donde es necesario y le envían el correo electrónico a su bandeja de entrada.
Esto es lo que debe recordar: Todo dispositivo activo en Internet tiene una dirección IP.
Las direcciones IP son solo una parte de la arquitectura de Internet. Después de todo, contar con una dirección postal para su casa no sirve de nada si no hay una estafeta de correos que le lleve las cartas. En términos de Internet, IP es una parte de TCP/IP.
El Protocolo de control de transmisión/Protocolo de Internet (TCP/IP) es un conjunto de reglas y procedimientos para conectar dispositivos a través de Internet. TCP/IP especifica cómo se intercambian los datos: Los datos se dividen en paquetes y se pasan a lo largo de una cadena de routers desde el origen hasta el destino. Esta es la base fundamental de la conectividad a Internet.
TCP define el modo en que las aplicaciones se comunican a través de la red. Gestiona cómo un mensaje se divide en una serie de paquetes menores que, a continuación, se transmiten a través de Internet y se reensamblan en el orden correcto en la dirección de destino.
La parte IP del protocolo define cómo se dirige cada paquete para asegurarnos de que llega al destino correcto. Cada equipo de la red que actúa como puerta de enlace comprueba esta dirección IP para determinar dónde redirige un mensaje.
Las direcciones IP pueden ser permanentes (estáticas) o temporales (dinámicas). La diferencia entre las direcciones IP estáticas y las dinámicas es que, mientras que las primeras no cambian nunca, las segundas pueden hacerlo (y lo hacen).
Las direcciones estáticas las utilizan principalmente empresas, ya que sus sitios y aplicaciones web deben estar accesibles en todo momento y de manera fiable.
Por el contrario, su dirección IP doméstica no tiene por qué ser siempre la misma, ya que solo la necesita cuando utiliza Internet. En casi todos los casos, el proveedor de servicios de Internet configurará su dirección IP como dinámica. Aunque no es probable que su dirección IP cambie a menudo, es posible que reciba una nueva del ISP cada vez que reinicie el equipo. Lo mismo vale para los routers domésticos inalámbricos y su portátil, tableta o smartphone. Los dispositivos podrían recibir una nueva dirección cada vez que reinicie el router.
El único inconveniente real de las direcciones dinámicas es que no es posible encontrar un equipo determinado de forma fiable. Por ejemplo, esto dificulta el funcionamiento de un servidor web en su casa, ya que la dirección podría cambiar y nadie sería capaz de encontrarlo. Si desea montar un servidor, muchos ISP le permiten optar a una conexión empresarial con una dirección estática.
Cada vez que visita un sitio web, la información pasa por una compleja serie de aros ocultos a través de grandes enrutadores de la red troncal. Puede verlo como un sistema de autopistas integrado. Una visita a un sitio web podría hacerle pasar por más de una decena de aros, todo ello de forma casi instantánea y en segundo plano.
Los datos viajan por Internet en una serie de paquetes, de un modo que podríamos asemejar a una fila de personas que se va pasando cubos de agua durante un incendio. Todo en Internet se divide en paquetes, ya sea la transmisión de un mensaje de correo electrónico, la carga de un sitio web con un navegador o un vídeo que no deja de cortarse. Absolutamente todo.
Lo mejor de todo es que, normalmente, no es necesario que sepa cómo funciona. Uno de los mejores aspectos del diseño de Internet es que esta estructura permanece prácticamente invisible para los usuarios normales.
Cada paquete tiene un tamaño máximo de 1500 bytes e incluye un contenedor con un encabezado y un pie de página. La información del contenedor comunica el tipo de datos del paquete, de dónde procede, adónde va y cómo se encaja con los demás paquetes.
Los paquetes viajan en una transmisión, pero no es necesario que todos ellos tomen el mismo camino exacto. Si Internet está congestionado, distintos paquetes del mismo mensaje (un correo electrónico, por ejemplo) podrían pasar por distintos enrutadores. A medida que llegan los paquetes, el equipo receptor los reensambla para obtener los datos originales (y finales).
Esta es una de las razones por las que son tan importantes las direcciones IP. Como cada paquete incluye la dirección IP de su origen y su destino, Internet puede asegurarse de que toda la información llega donde corresponde.
Los servidores de nombres de dominio (DNS) hacen posible el Internet moderno. Se ocupan de traducir palabras fáciles de recordar en números.
Las direcciones IPv4 son tan válidas como el nombre alfabético de un sitio web. Puede escribir 157.240.22.35 en su navegador web y lo llevará a Facebook. Pero ¿cuál de los dos formatos es el que recuerda? La mayoría apenas recordamos nuestro propio número de teléfono.
Por eso sustituimos las direcciones IP reales con nombres de dominio familiares. En los primeros tiempos de Internet, solo era posible conectarse con otro sitio escribiendo los números de dirección IP.
El sistema de nombres de dominio (DNS) nos liberó del dolor de cabeza de recordar direcciones IP al dar un nombre a cada sitio. DNS se encuentra, invisible, entre su navegador y el sitio que desea visitar. Cuando escribe una dirección URL en el navegador, este busca ese nombre de dominio en DNS, recupera la dirección IP correspondiente y lo envía al sitio que desea visitar. Y todo sin que usted, el usuario, tenga que hacer nada.
El propósito de una dirección IP es gestionar la conexión entre un dispositivo y un sitio de destino. La dirección IP identifica de forma exclusiva cada uno de los dispositivos en Internet. Sin ella, no es posible ponerse en contacto. Las direcciones IP permiten a los dispositivos informáticos (un PC o una tableta, por ejemplo) comunicarse con destinos tales como sitios web y servicios de transmisión de vídeo, y a los sitios web saber quién se está conectando.
Una dirección IP también funciona como dirección de devolución, del mismo modo que en el correo postal. Si envía una carta y se entrega en una dirección equivocada pero incluyó en el sobre la dirección del remitente, la carta le llega de vuelta. Lo mismo sucede con el correo electrónico. Cuando escribe un destinatario incorrecto (por ejemplo, alguien que ha dejado la empresa), la dirección IP permite al servidor de correo de la empresa enviarle un mensaje donde se indica que no se encontró al destinatario.
Debe proteger su dirección IP por las mismas razones por las que protegería la dirección de su casa. Los delincuentes pueden intentar aprovecharse de usted por distintos motivos. Podrían hacer lo siguiente:
Utilizar la identidad de su dirección IP para descargar contenido ilegal: Los piratas pueden descargar películas, música y otro contenido de tal modo que parezca haberlo hecho usted, por lo que podría tener problemas con su ISP por algo que no ha hecho.
Rastrear la dirección de su domicilio: Es posible seguir una dirección IP hasta una dirección del mundo real, lo que lo expone a posibles daños físicos o a un robo cuando no esté en casa. Los expertos en seguridad llevan mucho aconsejando a la gente que nunca diga en las redes sociales que está de vacaciones, porque avisamos a los delincuentes de que no estamos en casa. Es buena idea seguir ese consejo por motivos de privacidad.
Espiar su tráfico privado de Internet: Sus datos personales confidenciales, incluida la información financiera, pueden estar en peligro si los hackers acceden a su tráfico IP.
Atacarlo directamente: Entre los ciberdelincuentes circulan muchas herramientas para lanzar distintos ataques, particularmente los de DDoS (denegación de servicio distribuida), que inundan un sitio con tanto tráfico que se bloquea y se cierra. Plantéese añadir herramientas de privacidad a su conjunto de herramientas en línea, incluida una que oculte su dirección IP.
La Consumer Technology Association recomienda a los usuarios que adopten medidas para proteger su dirección IP, como utilizar una red privada virtual (VPN) que oculte la dirección IP de aquellos que deseen cometer robo de identidad o fraude.
Avast SecureLine VPN puede proteger su dirección IP de quien intente espiar su tráfico para hacerse con datos financieros e información personal confidencial. Con el cifrado de nivel bancario de Avast, que enmascara la dirección IP y envía sus comunicaciones a través de un túnel seguro, disfrutará de protección y privacidad en Internet siempre que se conecte.
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