¿De dónde proviene el cracking?
Muchos son los motivos que pueden mover a un cracker: desde la obtención de beneficio económico, al interés por promover una causa, por simple maldad o porque supone un reto. Por ello, el cracking puede provenir de cualquier lugar. Sin embargo, el cracking se suele basar en la repetición persistente de determinados trucos conocidos para irrumpir en los sistemas, mientras que el hacking intenta aprovecharse de forma inteligente de las debilidades del sistema. Por ello, la mayor parte de los crackers son simplemente hackers de segunda.